lunes, 3 de mayo de 2010

Aquí. Hoy

Yo no hubiera querido que la vida me regalara esta historia…la historia de un poema encontrado en el bolsillo de un hombre asesinado…Pero ¿qué queda de la vida cuando uno no la recuerda ni la escribe? Con estas palabras comienza Faciolince su libro ‘Traiciones de la memoria’. El hombre al que se refiere es su padre, asesinado en Medellín por motivos políticos, y el poema un soneto de Borges titulado ‘Aquí. Hoy’ y cuyo primer verso dice: ‘Ya somos el olvido que seremos’.

El caso es que el poema no aparece en las obras completas de Borges, ni en ningún otro de los libros que las complementan. Faciolince se lo entrega a reputados especialistas que lo juzgan apócrifo, entendiendo que es demasiado evidente. Se parece tanto a un poema de Borges, argumentan, que no puede ser suyo. Los hechos que Faciolince relata a continuación, sus peripecias en busca de la verdad recuerdan por momentos el clásico de A.J.A. Symons ‘En busca del Barón Corvo’. Su aventura transcurre en diversas ciudades: París, Berlín, Mendoza, Iowa, Porto Alegre. Con el auxilio de una misteriosa benefactora experta en investigar rarezas desde su casa de Finlandia, en mitad de la nada, en medio de la nieve y de la niebla, a través de librerías de viejo, hemerotecas, llamadas telefónicas que le deparan pistas falsas e interrogatorios a testigos del pasado, va recuperando las diversas piezas del puzzle que no acaban de encajar hasta las últimas páginas. Por el camino, se hace con un rarísimo cuaderno publicado por Ediciones Anónimos con cinco sonetos inéditos de Borges, entre ellos el que su padre llevaba en el bolsillo cuando murió.

A lo largo del libro, para justificar la injustificable pérdida del poema copiado de puño y letra de su padre, Faciolince se empeña en recordarnos que la verdad suele ser confusa, que es la mentira la que tiene siempre los contornos demasiado nítidos. ‘Soy un olvidadizo, un distraído, a ratos un indolente. Sin embargo, puedo decir que gracias a que he tratado de no olvidar a esta sombra, mi padre… me ha ocurrido algo extraordinario: aquella tarde su pecho iba acorazado solamente por un frágil papel, un poema, que no impidió su muerte. Pero es hermoso que unas letras manchadas por los últimos hilos de su vida hayan rescatado, sin pretenderlo, para el mundo, un olvidado soneto de Borges sobre el olvido’.



AQUÍ. HOY

Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y que no veremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y del término, la caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre;
pienso con esperanza en aquel hombre
que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo,
esta meditación es un consuelo

2 comentarios:

  1. Gran regreso, OSSIP. Preciosa entrada. Ganas de leer a Faciolince. Y de releer a Borges.
    (Algunos dicen que es un poeta menor. Será que no conozco a muchos poetas mayores.)
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. De nuevo un autor absolutamente desconocido (para mí, al menos), de nuevo una invitación (o una incitación) a una lectura que se adivina apasionante... y, sobre todo, de nuevo un texto tuyo de los que se saborean.

    ¡Bienvuelto!

    ResponderEliminar

 
Creative Commons License
ARTE DE LA FUGA by j. a. sánchez lorenzo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.