domingo, 30 de noviembre de 2008

E. M. Cioran - R.M. Rilke


1.¿La melancolía? Ser enterrado vivo en la agonía de una rosa
(E.M. Cioran: El ocaso del pensamiento)

2. Rosa, oh contradicción pura, placer,
Ser el sueño de nadie bajo tantos
Párpados
(Epitafio de R.M. Rilke)

miércoles, 26 de noviembre de 2008

PESSOA Y CROWLEY JUEGAN AL AJEDREZ


Desde la cubierta del vapor Alcántara se distinguía con nitidez el perfil de la costa. El día estaba despejado. Aleister Crowley aguardaba impaciente su llegada a Lisboa para reunirse con el poeta Fernando Pessoa. Sin previo aviso, una espesa niebla descendió sobre el puerto de Vigo retrasando la salida del barco. Crowley intuyó la mano de Pessoa manejando los hilos de la caprichosa climatología. Cuando se presentó ante él, envuelto en una capa negra, le reprochó sus malas artes. Pessoa, experto fingidor, aguantó el tipo como pudo.

Ese primer encuentro tuvo lugar en el mes de septiembre de 1930 y fue un paso más en la relación entre ambos, inicialmente epistolar. La primera carta la envió Pessoa. Sus conocimientos astrológicos le habían permitido detectar un error de cálculo en la carta astral de Crowley, elaborada por él mismo y publicada en sus confesiones. Por entonces, Crowley (conocido también como Master Therion; Lord Boleskine; y Príncipe Chioa Khan) ya había sido expulsado de la orden esotérica Golden Dawn, acusado de practicar magia negra. La acusación se basó en el testimonio del poeta W. B. Yeats, que aseguraba haberle visto clavando alfileres en figuras de cera. Pessoa, que conocía suficientes detalles de la personalidad del hombre que se denominó a sí mismo el más malvado del siglo, recibió con inquietud la noticia de su visita. Queda constancia de que ambos se frecuentaron y practicaron ajedrez durante los dos meses que Crowley permaneció en el país.

El 25 de octubre el periódico ‘Noticias ilustradas’ daba cuenta de la misteriosa desaparición del invitado de Pessoa. El periodista que publicaba la noticia había encontrado una cigarrera y una carta en la carretera de la Boca do Inferno, un acantilado cercano a la población de Cascais. La carta iba dirigida a la amante de Crowley, Anni L. Jaeger, que le había acompañado en el viaje, y contenía el siguiente mensaje: “No puedo vivir sin ti. La otra Boca del Infierno me agarrará. No será tan caliente como la tuya”. Estas frases hicieron pensar a algunos en un suicidio pasional. Durante la investigación policial Pessoa fue citado a declarar, ayudó a interpretar la carta y reconoció la cigarrera como perteneciente a Crowley. Agentes de Scotland Yard desplazados a Lisboa averiguaron que el mago inglés había abandonado el país por la frontera de Vilar Formoso el 23 de octubre, tres días después de que su amante tomase un vapor rumbo a Alemania, a todas luces tras una discusión sentimental. Durante el interrogatorio, el mistificador Pessoa aseguró haber visto al mago en el centro de Lisboa al menos dos veces durante el día 24, puntualizando que no tenía claro si se trataba del Crowley de carne y hueso o bien de su cuerpo astral. Lo cierto es que el cuerpo de Crowley aguantó vivo otros 27 años para acabar sus días en una casa de huéspedes. Falleció de un ataque de asma. En la ceremonia de incineración se leyó su ‘Himno a Pan’, que Pessoa había traducido al portugués.

Una placa recuerda, en el acantilado de la Boca do Inferno , las circunstancias de la desaparición de Crowley. Pero algo más valioso queda de aquella historia: la novela inacabada de Pessoa sobre el supuesto suicidio, un manuscrito de centenares de páginas que forma parte de su legado inédito. A todos aquellos que reniegan de los números redondos les alegrará saber que 78 años y 19 días después de la desaparición del mago, la casa de remates Potasio 4 subastó en Lisboa una parte de dicho legado. El dossier Crowley fue adjudicado por su precio de salida, 50.000 euros, a través de una llamada telefónica. La misma cifra que un coleccionista anónimo pagó por el mítico arcón de madera que custodiaba los escritos más importantes de Pessoa.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Knut Hamsun - Franz Kafka


1. Tenía el aspecto de un gran insecto cojo que quería hacerse a la fuerza un sitio en el mundo.
(Knut Hansum. Hambre)

2. Y aunque debido a su herida Gregor había sufrido, probablemente para siempre, una merma en su capacidad de movimiento, y de momento necesitaba, como un viejo inválido, muchos y largos minutos para cruzar su habitación -imposible pensar ahora en trepar a las alturas-, a cambio de este empeoramiento de su estado recibió una compensación, según él más que suficiente, y era que siempre, al anochecer, se abría la puerta de la sala de estar, que él ya solía observar fijamente entre una y dos horas antes, de modo que, tumbado en la penumbra de su habitación y sin ser visto desde la sala de estar, podía ver a toda la familia sentada a la mesa iluminada y escuchar su conversación, en cierto modo con el consentimiento general.
(Franz Kafka. La transformación)

martes, 18 de noviembre de 2008

HENRY JAMES, PREMONITORIO

Basándose en un suceso real, una carta que una dama escribe a un diario de Nueva York, cuyo contenido revela información personal sobre algunos miembros de la sociedad veneciana, de cuya hospitalidad la dama había gozado, Henry James imagina el argumento de un relato que esboza a grandes rasgos a lo largo de varias páginas de su diario. Llega a la conclusión de que hay una dificultad final en su planteamiento: cómo encontrar en Europa, donde la publicidad ha calado demasiado en las costumbres sociales, gente capaz de estremecerse ante el indiscreto comportamiento de la dama. Concluye que vivimos en un mundo en el cual la gente escribe a los periódicos por cualquier motivo. “Esa manía publicitaria constituye uno de los signos más sorprendentes de nuestra época…El dibujo que uno haga de su tiempo será imperfecto mientras no aborde ese tema particular: la intromisión; la impudicia y la desvergüenza de periódicos y entrevistadores, la devoradora publicidad de la vida, la extinción de todo sentido de la distancia entre lo público y lo privado”.
Nada que añadir, salvo la fecha de esta entrada de su diario: 17 de noviembre de 1887

domingo, 16 de noviembre de 2008

Gonzalo Suárez - Max Aub


1. Y mis dedos atenazaron dulcemente su cuello.
-No quiero asesinarte-le advertí-. Sólo quiero recordar…
(Gonzalo Suárez. El asesino triste)


2. Lo maté sin darme cuenta. No creo que fuera la primera vez.
(Max Aub. Crímenes ejemplares)

miércoles, 5 de noviembre de 2008

CONAN DOYLE Y EL ARTISTA DE LA FUGA

El personaje que ocupa el centro de la foto se llamaba Erik Weisz pero todos le conocemos por Houdini, el gran artista de la fuga. Le acompaña en la imagen el matrimonio Conan Doyle. La foto fue tomada en Atlantic City en 1922, poco antes de que los tres participaran en una sesión de espiritismo dirigida por Lady Jean, la esposa del escritor. La madre de Houdini había fallecido poco antes y la sesión se presentó como una oportunidad para contactar con ella desde el más allá. Lady Jean escribió en trance quince páginas dictadas por el espectro de la madre de Houdini. A éste le extrañó que el mensaje llegara en inglés, teniendo en cuenta que su madre sólo hablaba yiddish. Sir Arthur salió del paso argumentando que en las conversaciones ultraterrenas la traducción simultánea era habitual, explicación que no acabó de convencer al escapista.


La amistad entre ambos se remonta a dos años atrás. Aprovechando una visita a Inglaterra, Houdini obsequió al escritor escocés con uno de sus libros: “The unmasking of Robert Houdini”. En él, unos de los hermanos Davenport, famosos en el siglo XIX por sus números de fuga y espiritismo, manifestaba que todo su trabajo era una hábil manipulación. Esta declaración indignó a Conan Doyle. Lo que parecía una amistad sostenida en la mutua admiración tomó a partir de entonces un rumbo inesperado. El padre de Sherlock Holmes se empeñó en convertir a Houdini a la causa espiritista; Houdini, por su parte, se obcecó en demostrar al escritor que el espiritismo era una patraña. En las semanas posteriores a su primer encuentro intercambiaron diez cartas dejando claras sus posiciones respectivas. Houdini, pese a sentirse adulado por el interés de su interlocutor, no dudó en desenmascarar de forma inmisericorde a los médiums que dirigían las sesiones de espiritismo organizadas por el escocés. Conan Doyle visitó los EEUU para dar una serie de conferencias y ambos volvieron a coincidir. Durante un viaje en taxi, Houdini se arrancó la primera articulación del pulgar, la mostró separada del resto del dedo y volvió a colocarla en su lugar. El truco de parvulario provocó que Lady Doyle casi se desmayara, mientras Sir Arthur se asombraba para sí de los extraordinarios poderes de su amigo.


A la larga, la cruzada antiespiritista de Houdini terminó con una prometedora amistad. El mago comenzó a cartearse con el departamento de psicología de la Universidad de Harvard ofreciendo sus servicios. Por esas mismas fechas, Conan Doyle proclamaba entusiasmado la existencia de las hadas, aclarando que habían sido fotografiadas con película Kodak por dos adolescentes de Yorkshire. No sabemos que pensó Houdini de estas alarmantes declaraciones pero sí hay constancia de una carta que el escritor le envió posteriormente, en la cual se puede leer esta frase vagamente intimidatoria: 'Creo que el día de la paga general va a llegar pronto'.


Houdini falleció la noche de Halloween de 1926. Se habló de una peritonitis pero muchos pensaron en una conspiración del círculo espiritista. Décadas después, sus descendientes trataron de exhumar el cadáver para encontrar pruebas de un posible envenenamiento. Para entonces, Conan Doyle estaba ya criando malvas. Tal vez en los últimos años de su vida se consoló pensando que si Houdini regresaba de la tumba para vengarse, al menos eso demostraría que él estaba en lo cierto.




 
Creative Commons License
ARTE DE LA FUGA by j. a. sánchez lorenzo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.